Al cabo de unos días de haber finalizado las clases, reflexionando con tranquilidad lo que ha supuesto el curso, en mi mente aparece con insistencia la palabra “gratitud” que, además de ser una idea, se constituye como un sentimiento al que, a continuación, voy a darle forma escrita
- Agradecimiento a Dios, por haber cuidado de nosotros durante todo este curso, no permitiendo que el colegio fuese un foco de contagio y, por tanto, un problema añadido a la ya de por sí compleja situación.
- Agradecimiento a la labor esforzada y sin fisuras del personal del Centro, que han multiplicado por mucho su ya total dedicación y compromiso.
- Agradecimiento a todos los padres y, por supuesto, abuelos de alumnos, porque habéis colaborado sin cuestionar las decisiones, respetando al máximo los protocolos de carácter sanitario y organizativos establecidos desde el Centro. Habéis hecho que nuestra labor fuera “más sencilla”.
- Agradecimiento a los protagonistas de la acción educativa, los alumnos, porque habéis aceptado con decisión y valentía la situación que os ha tocado vivir. Vuestra colaboración ha sido lo máximo.
- Agradecimiento a los estamentos educativos a nivel autonómico, por tener en cuenta que la situación de pandemia afectaba a todos los centros por igual, sin distinción de titularidad.
- Agradecimiento a la colaboración y preocupación constante por la situación escolar desarrollada por el Ayuntamiento de Riba-roja, encabezada por la gestión de la Concejalía de Educación.
- Agradecimiento a todas las empresas y organismos que colaboran con el Centro por haber sido ejemplo de pulcritud en el cumplimiento de su cometido y atendiendo con esmero las circunstancias vividas.
- Agradecimiento a todos aquellos que de una forma u otra habéis colaborado para que el curso fuese lo más llevadero posible y con el mayor grado de seguridad.
¡Muchas gracias a todos! ¡Hemos formado un buen equipo!
¡Feliz verano!